Índice del capítulo
Control y prevención de la HTA
Introducción
¿Qué es?
El aumento de la presión de la sangre en las arterias traduce el aumento de la fuerza de la sangre sobre la pared arterial (figura 1)

¿Qué ocasiona el aumento de la presión arterial?
Para ilustrarlo, suponga que quiere regar su jardín. Abrir el grifo y reducir la cantidad de agua que sale por la manguera provoca un aumento en la presión del agua. Lo mismo sucede con nuestro organismo, al aumentar el flujo sanguíneo y reducir el diámetro de los vasos sanguíneos eleva la presión arterial.
¿Con qué frecuencia debe controlarse la presión arterial?
Los adultos deben controlarse la presión arterial por lo menos una vez al año. Muchas farmacias ofrecen dispositivos automáticos que los clientes pueden utilizar gratuitamente cuando quieran.
La lectura obtenida con el monitor personal debe compararse siempre con aquella obtenida con el aparato del médico (esfigmomanómetro, figuras 2), para asegurar que sean iguales.

Recuerde que toda cifra superior a la normal debe ser motivo de consulta al médico, quien podrá hablar con usted sobre el mejor plan de actuación.
¿Qué cifra es demasiado elevada?
El siguiente cuadro traduce los diferentes criterios, que han regido hasta hace muy poco tiempo sobre normalidad o alteración en las cifras de presión arterial
Actualmente, según las pautas publicadas por el Instituto Nacional de los Pulmones, el Corazón y la Sangre de los Estados Unidos (NHLBI) y la Sociedad Europea de Cardiologia, una lectura inferior o igual a 120/80 mm Hg ahora se considera presión arterial normal. Una presión arterial entre 120/80 y 139/89 (que antes se consideraba normal) ahora se clasifica como «prehipertensión». Según el NHLBI, aproximadamente 45 millones de estadounidenses estarían comprendidos en esta categoría, lo cual significa que tienen el doble de riesgo de sufrir hipertensión arterial en el futuro.
Categoría | Sistólica (mm/HG) | Diastólica (mm/HG) |
Normal | Inferior a 120 | Inferior a 80 |
Prehipertensión | 120-139 | 80-89 |
Hipertensión Grado 1 | 140-159 | 90-99 |
Hipertensión Grado 2 | 160 o más | 100 o más |
The Seventh Report on the Joint National Committee on Prevention, Detection, Evaluation, and Treatment of High Blood Pressure (JNCT), Publication NIH N.° 03-5233, mayo 2008.
* Valores válidos con carácter general. La tensión se modifica con la edad, es más baja en el niño que en el adulto, y más alta aún en Personas de edad avanzada).
¿Por qué se produce la hipertensión arterial?
Factores fuera de su control
Los investigadores han descubierto que los antecedentes familiares de hipertensión aumentan la probabilidad de padecer esta enfermedad. Las estadísticas indican más casos entre gemelos idénticos que entre mellizos. Existen estudios científicos que han localizado los genes responsables de la hipertensión arterial, lo cual confirmaría la existencia de un factor hereditario. Además, se sabe que el riesgo de sufrir este trastorno aumenta con la edad y es mayor entre los hombres de raza negra.
Factores bajo su control

Vigile la dieta. La sal (sodio) que aumenta la tensión arterial, perjudica sobre todo a los diabéticos, a los que padecen hipertensión grave, los ancianos y a algunas personas de raza negra.
El exceso de grasa en la sangre favorece la formación de depósitos de colesterol en las paredes internas de los vasos sanguíneos (aterosclerosis), lo que reduce su calibre y eleva la presión. El exceso de peso lleva a la hipertensión, corregir el sobrepeso será una de las primeras medidas para controlar su tensión. Se ha vinculado a la hipertensión arterial con un alto riesgo de sufrir aterosclerosis, diabetes, infarto de miocardio o derrame cerebral.
El estrés emocional y físico, y la vida sedentaria también agravan la hipertensión.
¿Cómo se trata la hipertensión?

Está indicado el tratamiento de la hipertensión arterial confirmada (cifras de presión arterial elevada, detectadas en tres tomas espaciadas). Actualmente para asegurar el diagnóstico definitivo de la hipertensión arterial se puede practicar una medición de la misma durante un periodo de 24 horas.
El tratamiento de la hipertensión arterial se inicia con unas medidas de tipo general fundamentalmente dietéticas, eliminación del hábito tabáquico y ejercicio físico (véase la figura 5), recurriendo al tratamiento farmacológico cuando las anteriores pautas no consiguen un correcto control tensional.

Así pues, el primer plan de acción generalmente implica una modificación del estilo de vida, especialmente para personas prehipertensas:
- Realizar una alimentación baja en grasas y sal.
- Reducir el peso excesivo.
- Comenzar un programa de ejercicio físico regular.
- Aprender a controlar el estrés.
- Dejar de fumar.
- Moderar o suprimir el consumo de alcohol. Recuerde, que un consumo moderado es un promedio de una o dos bebidas por día para los hombres y de una bebida por día para las mujeres.
Si estos cambios no ayudan a controlar la presión arterial en un plazo de 3 a 6 meses, la enfermedad puede tratarse con medicamentos (su médico se lo indicará). Con frecuencia, se usa uno o más de estos medicamentos para tratar la hipertensión arterial:
- Los diuréticos ayudan a eliminar agua y sodio del organismo.
- Los inhibidores de la ECA (enzima convertidora de la angiotensina) bloquean la enzima que eleva la presión arterial, relajando los vasos sanguíneos.
- Los bloqueadores de los receptores de angiotensina II (también llamados BRA) funcionan de manera parecida a los anteriores.
- Otros tipos de medicamentos, como los betabloqueantes, los antagonistas del calcio y los vasodilatadores, tienen efectos diferentes, pero en general ayudan a relajar y dilatar los vasos sanguíneos y a reducir la presión de la sangre en su interior.
La elevación de la tensión arterial se produce a través de dos mecanismos. Uno es el aumento de volumen del torrente circulatorio, que aumenta la tensión arterial sistólica o máxima, en la que resultan eficaces las sustancias que hacen disminuir dicho volumen (diuréticos). Otro mecanismo es el que origina la hipertensión a través de la vasoconstricción, debida a un aumento de las resistencias periféricas, que aumenta la tensión diastólica o mínima y sobre la cual tienen efectividad las sustancias que inhiben el sistema nervioso simpático (vasodilatadores).
Complicaciones de la hipertensión arterial.
El aumento crónico de la presión arterial a largo plazo puede conducir a múltiples complicaciones sistémicas. Las más destacables ocurren sobre el sistema vascular (corazón, cerebro y riñón).

Plan de prevención de la hipertensión arterial
Hábitos de vida
La mayoría de los casos de hipertensión pueden controlarse mediante cambios en los hábitos de vida y dietéticos. Aunque los patrones del comportamiento y el estrés desempeñan un papel importante, la hipertensión arterial es la enfermedad que se relaciona más estrechamente con los factores dietéticos. La hipertensión es otra de las enfermedades o síndromes asociados con la dieta occidental y se observa casi exclusivamente en los países desarrollados.
Como causas de la hipertensión arterial, cabe destacar el sobrepeso. En estudios clínicos y de población, se ha demostrado que la obesidad es un factor importante. La reducción de peso debería ser uno de los objetivos primarios del tratamiento para la disminución de la presión arterial en los pacientes obesos, pudiendo contribuir al control de los hipertensos con sobrepeso moderado. Además, un estilo de vida basado en el consumo de café, alcohol, la ausencia de ejercicio y el tabaquismo puede contribuir al aumento de la presión arterial.
En muchos casos el estrés puede ser la causa de la hipertensión arterial. Para reducir el estrés y la presión arterial se recomienda la práctica de ejercicio adecuado a la situación cardiovascular de cada persona.
También se ha demostrado que muchos factores dietéticos se relacionan con la presión arterial, como el cociente sodio/potasio, el porcentaje de ácidos grasos poliinsaturados, el contenido de fibra y magnesio y los niveles de carbohidratos sencillos, grasas totales y colesterol. Así, el consumo excesivo de cloruro sódico (sal) y la disminución del potasio de la dieta produce un aumento del volumen de líquido y un deterioro de los mecanismos de regulación de la presión arterial. La restricción de sodio por sí sola no mejora el control de la presión arterial, que debe acompañarse de una ingestión abundante de potasio. Son alimentos ricos en potasio y bajos en sodio diversos vegetales frescos (figura 8, aguacate, espárrago, espinaca, fríjoles, maíz, patata, tomate y zanahoria), frutas frescas (albaricoque, ciruela, fresa, manzana, melocotón, melón, naranja y plátano), carnes sin elaborar (cerdo, cordero, pollo y vacuno) y pescado (atún, bacalao, lenguado, róbalo y salmón).
Parece claro que las personas vegetarianas presentan generalmente niveles más bajos de presión arterial y de otras enfermedades cardiovasculares que los no vegetarianos. Una dieta vegetariana típica contiene más potasio, carbohidratos complejos, grasa poliinsaturada, fibra, calcio, magnesio y vitaminas C y A, sustancias que pueden tener un efecto favorable sobre la presión arterial.
La dieta rica en fibra es eficaz en la prevención y tratamiento de muchas formas de enfermedad cardiovascular, incluida la hipertensión. La fibra más beneficiosa, es la que forma geles hidrosolubles, como el salvado de avena, pectina de manzana, semillas de lino, etc. Las personas con hipertensión deben utilizar estas fibras por varias razones, para reducir los niveles de colesterol, favorecer la pérdida de peso, etc.
Para prevenir la hipertensión arterial se aconseja una dieta a partir de un enfoque general que elimine o reduzca los factores de riesgo, asociados igualmente a la aterosclerosis.
- Debe aumentarse el consumo de vegetales y frutas (sobre todo jengibre, ajo y cebolla), fibra dietética, aceites vegetales (principalmente de oliva) y pescado.
- Asimismo, reducir la ingesta de grasas saturadas, colesterol, azúcar y proteínas animales, y evitar los alimentos fritos. El exceso de grasa en la sangre favorece la formación de depósitos de colesterol en las paredes internas de los vasos sanguíneos (aterosclerosis), lo que reduce su calibre y eleva la presión.
- Quienes sobrepasan en un 20% su peso ideal tiene mayor tendencia a padecer hipertensión. Varios trabajos de investigación revelan que, en algunos casos, el aporte de potasio y calcio puede disminuirla.
- Se ha vinculado el tabaquismo con un alto riesgo de sufrir aterosclerosis, diabetes, infarto de miocardio o derrame cerebral. Siendo así, la combinación de tabaco e hipertensión puede originar diversas cardiopatías.
- Aunque no todos los investigadores comparten la misma opinión, la cafeína (presente en el café, el té y los refrescos de cola), así como el estrés emocional y físico también pueden agravar la hipertensión.
- El consumo excesivo o habitual de bebidas alcohólicas y el sedentarismo suelen elevar la presión arterial.

Pautas de higiene y dietéticas
Para hacer frente a la hipertensión se recomienda unas pautas que incluyen ejercicio físico moderado, ejercicios matinales respiratorios, disminución considerable de la sal, evitar fatigas y excitaciones, baños de sol moderados, la evacuación diaria y normal del intestino y la prohibición de alimentos flatulentos y astringentes.
Veamos como ejemplo una dieta típica para controlar la hipertensión arterial, se propone:
- Desayuno con 100 gramos de pan tostado, 10 de mantequilla y 2 de azúcar, 100 gr. de manzanas asadas al horno y 50 de bebida.
- Comida 50 gramos de pan tostado, 1 huevo, 150 gramos de albaricoques u otra fruta cocida y 250 gramos de espinacas cocidas al vapor.
- Cena con 100 gramos de pan tostado, 10 de mantequilla, 20 de azúcar, 25 de miel, 100 de manzanas asadas al horno y 50 centímetros cúbicos de bebida. Esta alimentación debe ser aumentada gradualmente, añadiendo más cantidad de queso fresco, pan integral, requesón, ensalada cruda con aceite y zumo de limón. Como fécula es recomendable la patata adicionada a otras hortalizas (zanahorias, cebollas, remolachas, nabos, pepinos, pimientos, tomates, etc.). El ajo es esencial en toda dieta hipotensora.
No debe menospreciarse la posibilidad de corregir y regular las alteraciones moderadas de la presión sanguínea mediante la dieta de arroz, está fuera de discusión el hecho de que el consumo de arroz integral resulta excelente como método de regulación de la presión sanguínea. Una dieta a base de esta cereal resulta tan eficaz contra la hipertensión como contra la tensión baja. En cualquiera de los dos casos, es un error excluir del tratamiento este factor curativo.
Prepare alimentos con poca o sin sal. El elevado consumo de sodio (más de 2 gramos/día, equivalente a 5 gramos de sal por día) y la absorción insuficiente de potasio (menos de 3,5 gramos por día) contribuyen a la hipertensión arterial y aumentan el riesgo de cardiopatía y accidente cerebrovascular.

Dieta mediterránea
La Dieta Mediterránea es una valiosa herencia cultural que representa mucho más que una simple pauta nutricional, además de rica y saludable es placentera, permitiendo compartir una alimentación variada; rica en verduras y hortalizas, frutas, legumbres y cereales, pescado, huevos y carnes magras, estas no más de 2 veces por semana, lácteos (mejor semi o desnatados) y aceite de oliva.
Consejos:
- Acostúmbrese a tomar más verduras y frutas. Deberíamos consumir 5 raciones al día de fruta, verduras y hortalizas. También legumbres, cereales, frutos secos, semillas y aceitunas.
- El pescado debe ser la fuente primordial de proteínas y grasas saludables.
- Apueste por el aceite de oliva, especialmente por el virgen extra, una grasa monoinsaturada que protege nuestro corazón, al reducir el colesterol malo (LDL) y aumentar el bueno (HDL).
- Adopte buenos hábitos: coma lentamente, evite el picoteo entre horas y mantenga horarios regulares sin saltarse ninguna comida (4-5 comidas /día).
- Sea muy moderado en el consumo de productos precocinados.
- Elija alimentos pobres en grasas saturadas y colesterol (carnes grasas, embutidos, mantequillas, bollería industrial, etc.). El consumo de carnes rojas y magras debe limitarse a 2 veces por semana.
- Sea prudente con los azucares simples (azúcar y dulces no deben superar el 5 % de nuestra dieta).
- Reduzca el consumo de sal.
- No abuse del alcohol. Una o dos copas máximo de vino tinto.
- Elija métodos de cocinado pobres en grasa.
La dieta mediterránea es la base de una alimentación sana y equilibrada, pero debemos también incorporar a los hábitos diarios la práctica de actividad física suave o moderada.
Las necesidades de energía varían de acuerdo con la edad, sexo, talla, composición corporal y al nivel de actividad física. La vida sedentaria favorecida por las actuales condiciones socioeconómicas es uno de los factores contribuyentes al aumento de la prevalencia de la obesidad en todas las edades.
Incrementar el gasto calórico a través de la actividad física diaria, ayuda a mantener la salud y permite consumir una dieta más variada y placentera.
Algunas recomendaciones en relación con el ejercicio físico son:
- Realice al menos 30 minutos de actividad física regular de intensidad moderada con una frecuencia diaria.
- Es necesario para el fortalecimiento de la musculatura y para mantener la agilidad.
- Para controlar el peso puede ser necesario un mayor nivel de actividad.
Recetas para la hipertensión arterial
Dieta baja en sal
Dada la costumbre que existe en las sociedades occidentales de consumir cantidades de sal muy superiores a las que necesita el organismo, su ausencia en las comidas causa, un rechazo casi generalizado. No obstante, hoy se dispone de productos sucedáneos a los que no cuesta mucho habituarse, y de una nutrida variedad de hierbas aromáticas que casan muy bien con las hortalizas, las verduras y las ensaladas de las que principalmente se compondrá la dieta. Asimismo, el zumo de limón es un recurso de inestimable valor en la elaboración de platos culinarios sin sal, puesto que ayuda a que apenas se note la ausencia de ésta. Un aspecto positivo de comer sin sal, además del efecto clínico buscado, es que permite redescubrir el verdadero sabor de los alimentos, desvirtuado por el uso abusivo de la sal.
Para disminuir el consumo de sal
- Lea la etiqueta de información nutricional para comparar el contenido de sodio en productos similares (por ejemplo, diferentes marcas de salsa de tomate, embutidos). Compre los productos con menos sodio.
- Si compra comida congelada, sopas, salsas, cereales, productos horneados y otros alimentos procesados, busque: «reducido en sodio» o “bajo en sodio» en la etiqueta.
- Use hierbas, especias o mezclas de condimentos sin sal, como sustitutos de la sal. Use jugo de limón, ralladura de frutas cítricas, o pimienta para agregar sabor.
- No consuma más de 2 gramos de sodio al día. Algunas personas, personas de mediana edad, a adultos mayores, y personas con hipertensión, deben consumir menos de 1,5 gramos al día. La reducción de la ingesta de sal se considera una de las medidas más costo eficaces que, los países pueden tomar para mejorar la situación sanitaria de la población
El escaso consumo de líquidos tiene por fin ayudar a evitar su retención en el cuerpo, por lo cual suelen administrarse diuréticos para estimular la eliminación por vía urinaria. No obstante, si no se ingiere sal en absoluto, se podrá beber el agua suficiente para que los riñones eliminen de forma natural el exceso de sodio sin necesidad de recurrir a los diuréticos.
¿Qué debo tener en cuenta con respecto a mi nutrición?
La ingesta de macronutrientes debe ser la siguiente:
- Carbohidratos: 55-60% del total
- Grasa: 30% del total, de ella 5-8% saturada, 15% de monoinsaturada y 7-10% de poliinsaturada
- Proteína: 10-15% del total
- Fibra dietética: se debe tomar una cantidad de alrededor de 25 gramos/día.
- Colesterol: no se debe superar los 300 miligramos/día
- Sal: no tome más de 2 gramos por día
- Alcohol: debe tener un consumo moderado y no sobrepasar los 25-30 gramos/día y mejor de vino tinto que blanco. No tome o limite mucho las bebidas de alta graduación (brandy, whisky, ginebra, etc…)
Dieta semanal para la hipertensión
Lunes
Desayuno: 200 cc. de leche descremada, 3 tostadas de pan de molde duro (biscotes), mantequilla o miel. Puede añadirse algo de café y las tostadas es preferible que sean sin sal.
Comida: coliflor gratinada con bechamel (120 gramos) y tallarines en salsa (100 gramos).
Cena: ensalada mixta (200 gramos) y pollo a la plancha (200 gramos)
En la comida y en la cena puede tomar 50 gramos de pan, y a media mañana y media tarde 200 gramos de fruta, que pueden ser tomados como postre en la comida y cena si prefiere. Se puede cambiar la fruta por un yogur natural con o sin azúcar.
Martes
Desayuno: 200 cc. de leche descremada con o sin café, 50 gramos de pan, aceite (unos 5 a 7 gramos, es decir una cucharada sopera) o mantequilla.
Comida: alcachofas guisadas (150 gramos) y Huevos al plato (100 gramos, son dos huevos no muy grandes).
Cena: ensalada de arroz integral (150 gramos) y conejo al limón (150 gramos). Como el conejo tiene en general mucho hueso, puede llegar a los 200 gramos.
Las mismas premisas que en el día anterior para los alimentos entre horas.
Miércoles
Desayuno: 200 cc. de leche descremada con o sin café, 50 gramos de pan, 30 gramos de queso fresco (preferiblemente sin sal).
Comida: macarrones picantes (100 gramos, el picante opcional pero con poca salsa por encima) y ternera con verduras (200 gramos).
Cena: verdura con patatas (150 gramos, la patata cocida con poco aceite, mejor más limón o vinagre) y merluza rebozada (100 gramos).
Las mismas premisas que en días anteriores para comidas entre horas
Jueves
Desayuno: 200 CC de leche descremada con o sin café, 3 tostadas de biscotes sin sal con mantequilla y/o miel. No le eche mucha miel.
Comida: alcachofas a la vinagreta (200 gramos) y albóndigas (100 gramos , no las haga muy grandes, así le parecerán más).
Cena: espaguetis (100 gramos, añádale champiñones) y jamón de york (50 gramos).
Las mismas premisas que en días anteriores para alimentos entre horas.
Viernes
Desayuno: 200 cc. de leche descremada con o sin café, 50 gramos de pan y una cucharada sopera de aceite de oliva (mejor virgen extra)
Comida: pimientos rellenos (100 gramos) y calamares en su tinta (200 gramos).
Cena: espinacas salteadas con aceite y ajo (200 gramos) y pescadilla frita (100 gramos).
Las mismas premisas que en días anteriores para alimentos entre horas.
Sábado
Desayuno: 200 cc. de leche descremada con o sin café, 50 gramos de pan y 30 gramos de queso fresco.
Comida: pasta con nueces (100 gramos, no le eche demasiadas nueces) y pollo a la cerveza (200 gramos).
Cena: sopa de pollo (100 gramos) y tortilla de atún (100 gramos).
Las mismas premisas que en días anteriores para alimentos entre horas.
Domingo
Desayuno: 200 cc. de leche con o sin café, 50 gramos de pan y una cucharada sopera de aceite de oliva (mejor virgen extra).
Comida: tomates rellenos (150 gramos), ternera con verduras (200 gramos) y tarta de manzana (150 gramos).
Cena: sopa de pollo (100 gramos) y emperador a la plancha (200 gramos ).
Las mismas premisas que en días anteriores para alimentos entre horas.
Con esta dieta semanal que puede intercambiar con algunos de sus platos, puede hacerse una idea muy real de las pautas que debe seguir en el caso de padecer una hipertensión.
Alimentos recomendados: frutas y verduras, pescados, legumbres y cereales y carnes magras.
Alimentos no recomendados: sal, conservas con sal adicionada, quesos salados, productos cárnicos con sal. Consulte la conveniencia de ingerir pan y lácteos normales. Carnes grasas, mantequilla, tocino, vísceras. Salsas saladas.
Las dietas y menús deben adaptarse a las características físicas y vitales de cada individuo. Son importantes el ejercicio físico adecuado y una ingesta grasa correcta en el contexto de una dieta equilibrada
Plantas para la hipertensión arterial
Sólo a nivel informativo, en ningún caso sustituyen al tratamiento médico convencional.
Dentro de la fitoterapia para corazón y aparato circulatorio destacan:
- Espino blanco (cardiotónico, vasodilatador coronario y anti-arterioescleroso, hipotensor ligero, diurético, antiespasmódico y sedante del sistema nervioso simpático y central).
- Olivo (vasodilatador coronario y periférico, antiarrítmico y antiespasmódico, reconocida acción hipotensora, hipoglucemiante, colagogo y diurético).
- Muérdago (hipotensor, diurético y sedante, cardiotónico y vasodilatador, anti-arteriosclerótico, regulador de la menstruación y estimulante del sistema inmunitario, debe utilizarse con precaución pues a dosis altas es tóxico cardiaco). También, árnica, agrimonia, achicoria, hisopo, grosellero negro, fumaria, bolsa de pastor y vincapervinca, así como plantas con acción diurética por ser ricas en potasio y otras sales minerales y flavonoides (entre ellas, abedul, grama, vara de oro, maíz, cola de caballo, ortiga verde, arenaria, rabos de cereza, diente de león, ulmaria, zarzaparrilla, parietaria o fresno).
Hipertensión arterial y colesterol alto
Es muy importante llevar un seguimiento concienzudo de los niveles de colesterol en sangre, que deberán revisarse como mínimo cada año. Se mide en miligramos por decilitro y se contabiliza la suma total del colesterol, que se transporta en lipoproteínas como LDL, HDL y otras.
Un análisis de sangre es suficiente para evaluar la cantidad de esta sustancia. Aquellas personas que ya padezcan un cuadro arteriosclerótico claro deberán realizar estos controles de forma más periódica.
Una de las causas más habituales de hipercolesterolemia (exceso de colesterol total) se encuentra en la carencia de colesterol ‘bueno’ o HDL, esencial para favorecer la síntesis del LDL o Colesterol” malo” en nuestro hígado. El tabaquismo, el consumo de alcohol, la obesidad y el sedentarismo son causas frecuentes de la falta de HDL.
Tener el colesterol alto suele provocar problemas más graves de salud, si además existe hipertensión arterial. Ambas patologías constituyen los principales motivos del incremento de la arteriosclerosis en el organismo.
Normalmente, los casos de hipercolesterolemia suelen ir asociados a la hipertensión. Una alimentación poco adecuada, la carencia de ejercicio físico y otros malos hábitos como el tabaquismo suelen desembocar en ambos procesos, ya que están muy relacionados entre sí. Si además le añadimos el aumento de los triglicéridos, obtenemos un cóctel peligroso que será necesario controlar de un modo estricto.
Recomendaciones generales
Si usted es hipertenso
Le recordamos que independientemente de los niveles de tensión arterial que tenga, y de si está tomando o no tratamiento para bajar sus cifras de presión arterial, debe seguir las siguientes medidas higiénico-dietética:
- Controlar su peso en caso de obesidad o sobrepeso.
- Practicar regularmente ejercicio físico (isotónico).
- Moderar el consumo de alcohol.
- Restringir moderadamente su ingesta de sal (5 gr./día).
- Suprimir el tabaco (por su importante papel como factor de riesgo cardiovascular).
- Además de otras medidas: favorecer el consumo de alimentos ricos en calcio, potasio y fibra.
- Practicar técnicas de relajación.
Y si además tiene el colesterol alto
Todas estas medidas, con excepción de la restricción salina, coinciden con las recomendaciones generales que debe usted seguir por tener unos niveles de colesterol por encima de los considerados como normales.
Pérdida de peso e hipertensión arterial
Hay que recordar que si usted es hipertenso y obeso, pequeñas disminuciones de peso (2- 4 Kg.) repercuten muy beneficiosamente en el control de la tensión arterial, entre otras cosas, porque la obesidad es una causa de resistencia relativa a la medicación antihipertensiva.
- El exceso de peso se asocia a la elevación de colesterol total, colesterol-LDL «malo, triglicéridos y a con la disminución del colesterol-HDL «bueno».
- La obesidad es una causa de resistencia relativa a la medicación antihipertensiva.
- La distribución de la grasa corporal influye en el riesgo de infarto, así un aumento de la grasa en el tronco y en la mitad superior del cuerpo se asocia a mayor riesgo que si el acumulo de grasa estuviera en los miembros inferiores.
Bibliografía y enlaces de interés
Fundación Española del Corazón.
https://fundaciondelcorazon.com/prevencion/riesgo-cardiovascular/hipertension-tension-alta.html
https://fundaciondelcorazon.com/corazon-facil/blog-impulso-vital/2786-hipertension-arterial-la-asesina-silenciosa.html
Clínica Mayo. https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/high-blood-pressure/symptoms-causes/syc-20373410
https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/prehypertension/symptoms-causes/syc-20376703
https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/prehypertension/diagnosis-treatment/drc-20376708
Medlineplus. https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/000468.htm
Tuotromedico. https://www.tuotromedico.com/temas/hipertension_arterial.htm
Obtener más información
- Introducción
- Los niveles de colesterol
- Plan de prevención contra el aumento del colesterol
- Recetas para reducir el colesterol
- Recetas para evitar el aumento de triglicéridos
- Alimentación en niños con hiperlipemia
- Colesterol alto e hipertensión
- Cómo reducir el Colesterol malo LDL y aumentar el bueno HDL
- Controlar los restantes factores de riesgo
- Medicamentos para bajar el colesterol
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- Introducción
- Control y prevención
- Prescripción del ejercicio
- Concepto de Rehabilitación Cardiovascular (RHC) integral supervisada
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- LA PIRÁMIDE ALIMENTARIA
- RECOMENDACIONES DIETÉTICAS PARA UNA ALIMENTACIÓN EQUILIBRADA
- EQUILIBRIO ENERGÉTICO
- Las calorías y el gasto energético
- Los alimentos y los nutrientes
- Principales nutrientes, sus características y alimentos que los contienen
- El gasto energético
- ¿Cómo calcular la tasa metabólica basal?
- ¿Cuántas calorías necesito al día?
- La clave: el equilibrio de los alimentos
- Cómo mantener un equilibrio energético
- Reduzca el consumo de alimentos ricos en colesterol
- Reduzca el consumo de alimentos y bebidas con azúcar añadido
- Prepare alimentos con poca o sin sal
- DIETA MEDITERRÁNEA
- BIBLIOGRAFÍA Y ENLACES DE INTERÉS