Alcohol y corazón

Índice del capítulo

Introducción

Figura 1. El consumo de alcohol puede llevar a insuficiencia cardiaca.
Figura 1. El consumo de alcohol puede llevar a insuficiencia cardiaca.

El alcoholismo en general es uno de los problemas de salud mayores en el mundo. El consumo de alcohol tiene su impacto en todos los sistemas del organismo humano, pero sobre todo a nivel del sistema nervioso central, el tracto gastrointestinal, los órganos hematopoyéticos y el sistema cardiovascular. El alcohol interfiere con la administración y mecanismo de acción de muchos medicamentos, además puede exacerbar una gran variedad de enfermedades clínicas.

Cuando los árabes introdujeron en Europa la técnica de destilación, se creyó que el alcohol era el elixir de la vida y se anunció como remedio de casi todas las enfermedades desgraciadamente la experiencia no lo ha confirmado, el consumo excesivo de alcohol, puede jugar un papel importante en el desarrollo de enfermedad del músculo cardiaco que conduce a la insuficiencia cardiaca , de HTA, aterosclerosis, angina, isquemia miocárdica, enfermedad cerebro vascular, ictus y cefalea vascular, también hay propensión a arritmias cardiacas y muerte súbita en consumidores crónicos.

Hay muchos efectos negativos para la salud asociados con el consumo de alcohol. Estos incluyen:

  • Incremento en los niveles de grasas en la sangre llamados triglicéridos; los niveles altos de triglicéridos en la sangre están asociados con enfermedad de las arterias coronarias
  • Presión arterial alta
  • Insuficiencia cardíaca
  • Alcoholismo, Obesidad, Apoplejía
  • Cáncer de mama
  • Suicidio
  • Accidentes.

Sin embargo hay evidencias de que el alcohol en cantidades ligeras a moderadas puede jugar un papel cardioprotector en relación con enfermedad de arterias coronarias. No se recomienda que las personas que no beben comiencen a hacerlo ni que los que ya beben aumenten su consumo de alcohol. Los estudios demuestran que el riesgo cardiovascular es menor en las personas que beben cantidades como máximo moderadas de alcohol, que en las personas que no beben. Según los expertos, el consumo moderado es un promedio de una o dos bebidas por día para los hombres (20-30 gr.) y de una bebida por día para las mujeres (15 gr.).

Figura 2. Consumo máximo recomendado de alcohol.
Figura 2. Consumo máximo recomendado de alcohol.

Todo indica que la respuesta depende de las dosis de alcohol y del componente del sistema cardiovascular estudiado (el miocardio, las arterias coronarias o el sistema arterial periférico). Estudios de laboratorio han demostrado vasoconstricción coronaria en presencia de bajos niveles de etanol. Parece ser que este efecto beneficioso sobrepasa los riesgos del consumo muy moderado de alcohol en los grupos de población con mayor riesgo aterosclerótico: personas de edad, individuos con factores de riesgo y pacientes con eventos coronarios previos. Sin embargo, no está demostrado el beneficio del consumo de alcohol, ni siquiera en cantidades moderadas, sobre la población general, varones con menos de 40 años de edad y mujeres por debajo de los 50, ya que aumenta la mortalidad por otras causas, fundamentalmente por accidentes, cirrosis hepática y algunos tipos de cáncer, sobrepasando los beneficios sobre la enfermedad coronaria, por lo que no se puede recomendar el consumo de alcohol como medida preventiva general. Ademas el consumo continuado de alcohol puede llevar a una enfermedad grave del músculo del corazón denominada miocardiopatia alcohólica.

Por lo tanto el consejo de continuar, iniciar, modificar o abandonar el hábito de consumir bebidas alcohólicas debe hacerse exclusivamente de forma individual, valorando los riesgos y beneficios posibles en cada paciente. Aunque se ha discutido sobre la superioridad relativa de diferentes tipos de bebidas alcohólicas (vino, cerveza y licores), y más aún, sobre diferentes tipos de vino como protectores del riesgo cardiovascular, no existen actualmente evidencias de que exista un efecto protector de otros componentes de la bebida aparte del etanol. Los beneficios añadidos por algunos componentes con alto poder antioxidante sobre las lipoproteínas plasmáticas, los flavonoides, de algunos tipos de vino, no dejan de ser por el momento una hipótesis atractiva. Mientras, la promoción de un consumo más elevado de alimentos naturales, ricos en flavonoides y otras sustancias saludables (frutas, legumbres, cereales o semillas) en la población general, podría frenar la tendencia actual de los países del sur de Europa al abandono de la dieta mediterránea. Debido a la naturaleza multifactorial de la enfermedad coronaria, es necesario recordar que la reducción del riesgo aterosclerótico se consigue actuando sobre los múltiples factores de riesgo que puedan estar presentes en un paciente determinado y en la población general. Por lo tanto, las indicaciones referentes al consumo de alcohol deben ir siempre acompañadas por las recomendaciones pertinentes sobre el resto de los factores de riesgo aterosclerótico.

Efectos del consumo ligero a moderado del alcohol sobre el corazón

Diversos estudios realizados en el mundo evidencian los mecanismos proteccionistas del alcohol sobre el sistema cardiovascular, por ejemplo Schlienger JL en Paris, plantea que el consumo moderado y regular de alcohol reduce la frecuencia de muertes por enfermedad aterosclerótica coronaria, principalmente debido al etanol, además señalan también como efecto proteccionista el aumento de los niveles de colesterol HDL y disminución de los triglicéridos. El beneficio sobre el sistema cardiovascular parece estar mediado fundamentalmente por su efecto sobre las lipoproteínas plasmáticas principalmente, pero no sólo elevando el colesterol ligado a lipoproteínas de alta densidad (HDL) y en menor medida disminuyendo el colesterol ligado a lipoproteínas de baja densidad (LDL). El otro efecto cardioprotector importante parece ejercerlo disminuyendo la agregabilidad plaquetaria y produciendo cambios en la coagulación y la fibrinólisis.

No obstante aunque el alcohol en cantidades muy moderadas pudiera ser un protector cardiaco se plantea, que el vino tinto parece ofrecer una protección por encima de la atribuible al alcohol. El vino tinto contiene uva, levadura y componentes fenólicos derivados de la madera, el cual se ha reconocido como un antioxidante potente. El alcohol actúa favorablemente en la disminución de la agregación plaquetaria y otros parámetros de la coagulación.

Otros estudios realizados por Wals y cols en Massachussets, demostraron que en la comunidad el consumo con moderación no estaba asociado con un aumento del riesgo de insuficiencia cardíaca congestiva, al contrario parece protegerla de esta.

Los estudios hechos por Murriay RP, demostraron desde el punto de vista epidemiológico un efecto proteccionista del etanol en los bebedores moderados del sexo masculino y no así en el femenino. Brennes H et cols en Alemania, hizo un estudio epidemiológico sobre las diferencias entre los mecanismos subyacentes por los cuales los distintos tipos de bebidas alcohólicas consumidas de forma moderada protegen contra la enfermedad coronaria, donde se demostró por estudios angiográficos que la reducción del riesgo era más fuerte entre los bebedores de cervezas, sin embargo a los bebedores de alcohol de variadas fuentes se les asoció con un perfil más favorable de lípidos y factores de la coagulación.

El consumo excesivo y crónico del etanol ejerce un efecto deletéreo sobre la función sistólica del corazón (función de contracción) que es bien conocido, sin embrago, Fernández-Salas de la universidad de Barcelona , determinó la presencia de deterioro de la función diastólica del ventrículo izquierdo ( función de relajación) relacionada con la función sistólica y el consumo del etanol concluyéndose que ya la alteración de la función diastólica está presente en la tercera parte de los alcohólicos con función sistólica normal.

El consumo excesivo y diario de alcohol durante un tiempo prolongado se asocia a un aumento de los diámetros y volúmenes del corazón; esta situación por supuesto se asocia con una disminución de la contractilidad miocárdica, observada por ecocardiograma. En las biopsias endomiocárdicas (biopsia del músculo cardiaco) de estos pacientes se ha demostrado la presencia de miocarditis (inflamación del músculo cardiaco)

Al principio de la cardiopatía alcohólica, el paciente no se queja normalmente de ningún síntoma y los signos positivos al examen físico, son bastante pobres uno de los primeros signos en el diagnóstico de su aparición, es la Fibrilación Auricular Aguda (Arritmia benigna) e intermitente y la hipertrofia del ventrículo izquierdo que se documenta fácilmente por electrocardiograma y ecocardiograma bidimensional y doppler.  Sin estás investigaciones un diagnóstico precoz es imposible. El tratamiento de abstinencia alcohólica total en estudios continuados con Ecocardiograma y ECG han demostrado una mejoría, por lo que es necesario la educación del paciente. Aproximadamente el 70 % de los pacientes con cardiopatía alcohólica no continúan la abstinencia en los dos años siguientes. La abstinencia alcohólica puede detener la progresión o incluso en algunos casos invertir los síntomas y la función cardiaca

El abuso simultáneo de cocaína y etanol afecta a doce millones de americanos anualmente. El cocaetilene es un metabolito de la cocaína solo formado en presencia de etanol siendo este más tóxico que cualquier otra sustancia sobre el corazón, produciendo depresión miocárdica severa y arrítmias.

Vino y corazón

El vino es una bebida milenaria que forma parte de nuestra tradición y dieta. Pero ¿Cuál es el vino que debemos consumir, y más, pensando en nuestra salud cardiovascular?

Hoy en día se sabe que el alcohol ingerido de forma moderada y responsable puede ser un buen ayudante para nuestra salud, especialmente para el corazón. Pero también sabemos que el alcohol está implicado en una gran parte en los accidentes de tránsito. El alcohol contribuye a enfermedades del hígado, diversas variedades de cáncer, hipertensión arterial, derrames cerebrales, y a un debilitamiento progresivo del músculo cardíaco.

Figura 4. Si bebe vino con moderación, como máximo una copa para comer y otra para cenar.
Figura 4. Si bebe vino con moderación, como máximo una copa para comer y otra para cenar.

Es clara la evidencia que el consumo muy moderado de alcohol protege contra la enfermedad coronaria y contra los accidentes cerebrovasculares isquémicos (obstrucción de una arteria del cerebro) 

Los franceses de mediana edad que han sufrido un ataque cardíaco y beben dos o vasos de vino regularmente, tienen el 50 por ciento menos de probabilidad, que quienes no beben, de experimentar un segundo ataque cardíaco.

En Europa, y especialmente en Francia, se ha visto que el consumo de grasas saturadas (provenientes de animales) es superior al de los americanos, así como el hábito del cigarrillo es mayor que en Estados Unidos. Sin embargo tienen menos enfermedades del corazón (casi una tercera parte). ¿Por qué? Esto es una paradoja. Y una de las explicaciones es que el hábito de tomar vino con las comidas, en especial el vino tinto, ayuda a proteger el corazón.

¿Por qué el vino tinto? El vino tinto tiene polifenoles y flavonoides, y éstos serían los factores que le dan ese poder antioxidante. Los investigadores creen que algunos de sus elementos químicos denominados «flavonoides», presentan características muy útiles:

  • Hacen más inofensivo el colesterol LDL impidiendo su oxidación
  • Evitan que las plaquetas de la sangre se aglutinen formando coágulos
  • Disminuyen los procesos inflamatorios

En las uvas, los flavonoides se concentran en la piel (hollejo). Cuando los viñateros hacen el vino tinto, le dejan la piel en el caldo a fermentar. En contraste, en el vino blanco, el hollejo es removido. Como resultado el vino tinto tiene niveles más altos de flavonoides que el vino blanco.

Figura 5.  El efecto beneficioso del vino tinto y su poder antioxidante está en los flavonoides.
Figura 5. El efecto beneficioso del vino tinto y su poder antioxidante está en los flavonoides.

Un estudio publicado en el Journal of Agricultural and Food Chemistry, en el cual un equipo dirigido por el investigador Edwin Frankel analizó 14 vinos tintos y 6 blancos de California, concluyó que los tintos tienen mayor poder antioxidante que los blancos, en especial los de las variedades antes mencionadas. Los vinos los tintos inhiben entre el 46 y el 100 por ciento la oxidación del colesterol, mientras que los blancos sólo lo hacen entre el 3 y el 6 por ciento. 

La moderación es la clave para obtener beneficios del vino. El menor riesgo de enfermedades cardiovasculares se obtiene con una o dos copas al día. Más de eso, el riesgo aumenta (Figura 6)

Figura 6.
Figura 6.

Figura 6.

La American Diabetes Association recomienda que las mujeres con diabetes no tomen más de una copa de vino al día, y los hombres no más de dos. Si no toma vino tiene otras opciones, porque los flavonoides también se encuentran en otros comestibles como el té, las cebollas, ajos, manzanas y cerezas.

Que son los taninos?

Son parte de los polifenoles que se encuentran en la piel de la uva. Se reconocen por el sabor secante en la boca. No todos los vinos tienen la misma cantidad de taninos, los que mayor concentración poseen son el Cabernet Sauvignon, seguido del Syrah, Malbec, Merlot y Pinot Noir.

¿Es un mito que para cuidar el corazón y alargar la vida se recomienda beber una copita diaria de vino tinto?

Aunque no es una evidencia científica, se recomienda consumir una copita de 30 centilitros de vino tinto diario, debido al contenido de taninos, que produce mayor cantidad de colesterol bueno, o HDL, y sirve de cardioprotector, por su alta densidad.

Figura 7. No debe promocionarse el uso de alcohol.
Figura 7. No debe promocionarse el uso de alcohol.

No se recomienda que las personas que no beben comiencen a hacerlo ni que los que ya beben aumenten su consumo de alcohol.

La función que éste tiene es que cuando hay colesterol malo, o sea el LDL, y además los triglicéridos se encuentran elevados, esa copita de vino ayuda a nivelar ese colesterol dañino para el organismo. 

Se ha comprobado que cuando el colesterol malo se oxida, mediante los mecanismos de oxidación naturales del organismo, se promueve el desarrollo de enfermedades cardíacas. Hay estudios que indican que la reducción del riesgo es del 44% entre los bebedores de una a dos copas por día con relación a los no bebedores.

La Asociación Americana del Corazón recomienda la necesidad de insistir en las medidas clásicas de protección cardiovascular y no olvidarse de ellas pensando que dos copas pueden sustituirlas. 

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades cardíacas encabezan la lista de causas de muerte en todo el mundo. Por eso a nadie sorprende que se tejan y destejan tantas hipótesis sobre los posibles métodos para prevenirlas. Las cardiopatías y los accidentes cerebro vasculares causan la muerte de 17 millones de personas al año, lo que equivale casi a una tercera parte de todas las defunciones del mundo.

Si el consumo moderado de vino ayuda en la prevención, hay que tener en cuenta que no todos los vinos tienen el mismo poder contra la oxidación del colesterol malo. 

A nadie sorprendería que, a corto plazo, los fabricantes de vinos incluyeran en las etiquetas el poder antioxidante de sus productos y los efectos que se le atribuyen como aliado de un corazón sano.

Controversia

La Asociación del Corazón de Estados Unidos ha restado importancia al pretendido poder beneficioso del vino tinto en la salud cardiaca y afirma que, si se quiere disminuir el riesgo de infarto, lo mejor es hablar con el médico. Aunque hay estudios que confirman que el vino tinto aumenta el llamado colesterol «bueno» y que posee antioxidantes beneficiosos, para la Asociación del Corazón esos beneficios son «inciertos».

El organismo que vela por la salud cardiovascular de los estadounidenses considera que la denominada «Paradoja Francesa», el hecho de que los países que consumen más cantidad de vino tengan índices menores de enfermedades del corazón, no es un hecho científico constatable. Lo que sí es eficaz para disminuir el riesgo, ha indicado la asociación en su revista médica Circulation, es la reducción del colesterol, la presión sanguínea y el peso corporal, hacer ejercicio y mantener una dieta saludable.

Para los especialistas del corazón, el consumo de vino, sin negar que pudiera tener un efecto beneficioso en algunos casos, entraña riesgos, ya que puede llegar a crear hábito incluso a dosis bajas. Además, los estudios que destacan las virtudes del vino tinto se refieren a cantidades que no superan un vaso de vino diario. El consumo medio en países mediterráneos excede con mucho esa medida.  

Conclusiones sobre el dilema alcohol-corazón

  1. El consumo ligero y moderado de alcohol ejerce un efecto proteccionista sobre el corazón aumentando la HDL-colesterol, por el efecto antioxidante de los compuestos polifenólicos, y al favorecer los parámetros de la coagulación y la antiagregación plaquetaria.
  2. El consumo excesivo y prolongado del etanol más de 90-100g/d , produce toxicidad sobre el corazón, provocando aumento de diámetros y volúmenes cardíacos y alteración de la función cardiaca, provocando arritmias y muerte.
  3. Las anormalidades cardiacas preclínicas encontrada en alcohólicos crónicos asintomáticos más frecuentes son: la fibrilación auricular aguda intermitente, el intervalo QT prolongado (alteración electrocardiográfica), la hipertrofia de ventrículo izquierdo (aumenta el grosor del músculo cardiaco), la disfunción sistólica (alteración de la función de contracción) y la disquinesia (contracción anómala) de la pared del ventrículo izquierdo. Es decir, primero aparecen las alteraciones y después los síntomas.
  4. El diagnóstico precoz en alcohólicos asintomáticos de anormalidades cardíacas, podría con la instauración de la abstinencia alcohólica hacer reversible las lesiones cardiacas incipientes.
  5. Si no bebe vino o alcohol, no comience a hacerlo por su probable efecto cardioprotector. Si decide no beber, no se está perdiendo nada. Puede obtener antioxidantes de las frutas y verduras, y los flavonoides  del vino tinto también están en las uvas rojas y jugo de uva. El ejercicio regular incrementa los niveles de HDL, al igual que el consumo de alcohol. 

La cerveza es beneficiosa para el corazón

El origen de la cerveza se confunde y se mezcla con el del pan, ya que ambos requieren de un cereal (trigo y cebada) y de levadura (10.000 y 6.000 años antes de Cristo respectivamente). La cerveza es una bebida cuyo origen es más antiguo que el del vino.

Se han encontrado registros del arte de elaborar cerveza en China y que se remontan a 5.000 años atrás.

La materia prima principal en la elaboración de la cerveza es la cebada. Como este cereal se cultiva mejor que la uva en climas fríos; países del Norte de Europa como Holanda, Alemania e Inglaterra favorecieron la producción de cerveza frente a la del vino.

La cerveza actual posee dos grandes diferencias respecto a la antigua, cuyos ingredientes principales eran la cebada malteada, el agua y la levadura. A lo que le añadían romero y tomillo para evitar que la cerveza se estropeara y para darle más sabor.

Por el año 1400 los mercaderes de Flandes y Holanda introdujeron el lúpulo en su elaboración, lo cual le daba cierto sabor amargo y estabilidad. La variedad que contenía lúpulo se denominó “cerveza” y la que carecía de este ingrediente, “ale” que aún existe en algunos bares de Inglaterra e Irlanda.

La otra modificación se atribuye a Pasteur y consistió en el control de la fermentación, es decir la transformación de los azúcares en alcohol, mediante el manejo de las levaduras y la temperatura.

¿Cuáles son los beneficios de la cerveza sobre el ser humano?

Por su contenido alcohólico, eleva el colesterol HDL, aquel colesterol bueno que protege las arterias y a semejanza del vino, la cerveza contiene un alto contenido de antioxidantes.

Científicos de la Universidad de Ontario han demostrado que el consumo de un vaso de cerveza o una copa de vino provoca en la sangre un incremento de la actividad antioxidante en igual proporción. De modo que ambos protegerían nuestro cuerpo ya que poseen la misma cantidad de antioxidantes.

Desde el punto de vista nutricional, la cerveza contiene algo de proteínas y vitamina B que el vino no contiene.

¿Dónde está entonces la diferencia entre el vino y la cerveza?

En dos aspectos: el tipo de antioxidantes y en los fitoestrógenos. Especialmente en el resveratrol, que es propio del hollejo de la uva. Su importancia radica en que es un importante elemento en la protección no sólo de la aterosclerosis sino que también de la trombosis.

Si a usted le gusta cerveza, puede beberla en cantidades moderadas, así no sólo aplacará la sed, también protegerá su corazón.

¿Es el café perjudicial para el corazón?

En principio, no. Diversas y recientes investigaciones han demostrado que el consumir café con moderación (dos tazas al día) no está asociado con el desarrollo de problemas cardiovasculares, incluyendo la arterioesclerosis, el infarto al miocardio, las arritmias ventriculares y la hipertensión. Pero en el consumo de cafeína todo depende de la dosis. El consumo de más de cinco tazas de café al día es un factor de riesgo para desarrollar cardiopatía isquémica aterosclerosa (CIA), que es la obstrucción de las arterias coronarias que irrigan al corazón por placas de grasa llamadas ateromas.

Figura 8. Hasta dos tazas de café al día no perjudican al corazón.
Figura 8. Hasta dos tazas de café al día no perjudican al corazón.

Figura 8. Hasta dos tazas de café al día no perjudican al corazón.

Recientemente se publicó en la Universidad de Toronto, una investigacion basada en 4.000 bebedores de cafe. Esta llego a la conclusión de que la ingestión de cafeína aumentaba el riesgo de las enfermedades cardiacas pero solo en el caso de aquellas peronas que debido a mutaciones geneticas retrasan el metabolismo de cafeina en el organismo. Aquellos que no padecen este trastorno pueden beber  el café con moderación. Para aquellos que sufren este transtorno beber dos o tres tazas por dia, aumenta el riesgo casi un 40%. Aquellos que beben mas de cuatro sufren un riesgo de mas del 60%.

Las conclusiones a las que llegaron son las siguientes: dependiendo del tipo de metabolismo, sea más rápido o lento, se puede tener hasta un 36% más de probabilidades de padecer un ataque al corazón si se consumen 3 tazas diarias. Cuanto más lento es el metabolismo, más crecen los riesgos, aunque la edad también tiene mucho que ver, a mayor edad mayor riesgo.

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